domingo, 15 de marzo de 2015

UN PARAÍSO VERDE EN PARÍS DEL 2050



Escrito por Claudio Diz

La burguesía parisina sueña con una ciudad donde se pueda vivir y respirar (si es posible que al 2050 los efectos del Calentamiento Global aún hagan posible habitar el planeta)

En el mes de noviembre de 2014, la alcaldesa de París abrió un concurso público para que los más renombrados arquitectos presenten proyectos con la proyección de una ciudad para el futuro.

La burguesía, que un día dio a luz la Revolución Francesa e impuso una nueva era capitalista, ahora pretende dar una segunda revolución, pero esta vez a través de la arquitectura.

Para poder subsistir en un mundo cada vez más caótico, violento, y muy poco amigable con la calidad de vida y la salud de la población, la élite social parisina ya busca las respuestas; o al menos las respuestas en la parte habitacional.

La meta sería reducir en un 75% las emisiones de gases de efecto invernadero y tornar el aire respirable por métodos naturales mayormente; como es el proceso de fotosíntesis que cumplen los vegetales. En ese contexto de espíritu verde y ecológico se presenta el proyecto “Paris Smart City 2050” del arquitecto Vincent Callebaut.

Torres inteligentes con viviendas ecológicas, se mezclan con edificios que atrapan las partículas contaminantes y otros capaces de realizar la fotosíntesis son parte del proyecto.

ALGUNOS DISEÑOS


La torre AntiSmog. Su función es combatir la niebla (smog),  mezcla de humo con partículas sólidas en suspensión que existe en las grandes ciudades. El estudio promete que lo atraparán gracias a su su estructura de dióxido de titanio.


La Torre de Fotosíntesis. Montparnasse es un gigantesco rascacielos que muchos parisinos critican por su impacto en el centro de la ciudad. Sería substituido por un gigantesco jardín vertical capaz de realizar la fotosíntesis y producir biocombustible, según el estudio.


La granja en altura. El sueño de la huerta orgánica personal se vería concretizado en una edificación con forma de flora de bambú o de panal de abeja. Responden a un concepto de granjas en altura junto a viviendas que permitirían a sus habitantes emprender su propia producción agrícola.


Puentes que producen energía. Según el diseño, este puente futurista producirá energía eléctrica mediante unas turbinas de viento cuyas hélices se complementarán con unas turbinas hidroeléctricas que usarían la energía cinética del río Sena.

El autor de la iniciativa denuncia "falta de ambición política y de ideas sostenibles para el futuro de la urbe"

Un equipo de ingenieros acompaña a este arquitecto belga de 37 años que se queja de "una falta de ambición política y de la escasez de ideas sostenibles para el futuro". "París está condenada a ser una ciudad museo", lamenta Callebaut. Estos escollos le han llevado a impulsar la propuesta de “smart city” para la capital francesa.

El arquitecto imagina residencias particulares en elevación y más verdes, en un país que ya está padeciendo las consecuencias climáticas adversas por culpa de un modo de desarrollo industrial basado en los combustibles fósiles. La “ciudad verde” ideal, según Callebaut, no tendría en cuenta que existen diferencias sociales, como tampoco las tiene la vanguardia en arquitectura contemporánea nacional; donde los últimos adelantos en tecnología de eficiencia energética e innovación sólo son destinados a una pequeña parte de la población con alto poder adquisitivo. Por tal motivo y por no contemplar las necesidades de las poblaciones urbanas que no poseen las condiciones económicas para solventar ese confort, diría que el proyecto del arquitecto Callebaut es innovador pero no revolucionario. Un proyecto revolucionario implicaría la creación de soluciones ecológicas y sustentables para toda la comunidad en su conjunto y no para una élite social.


Muy lejos del 1er Mundo y del año 2050, en la periferia de Montevideo conviven asentamientos precarios en terrenos contaminados, junto a cañadas contaminadas por basura y materia fecal. ¿Qué solución ecológica y sustentable le darían nuestros arquitectos a ese problema? ¿Sería necesario un concurso de ideas promovido por la I.M.M en ese sentido, o alcanzaría con la propuesta política eco-ambientalista del nuevo Partido Verde?


Desde un punto de vista Verde y revolucionario es posible la creación de barrios ecológicos y auto-sustentables a bajo costo, pero se hace bastante difícil en un sistema de producción capitalista. Ello implica un cambio de normas jurídicas que no están contempladas en nuestra Constitución, y cualquier iniciativa en ese sentido quedaría trabada por la normativa vigente que privilegia la burocracia y la propiedad privada de la vivienda por sobre todas las cosas. 

Casilla de madera construida por "Un techo para mi país"

El santo mercado inmobiliario sigue y seguirá siendo un negocio. La necesidad habitacional de las clases menos adineradas no está siendo atendida de un modo integral. Un ejemplo claro son las iniciativas de ONGs de caridad, como "Un techo para mi país", que llevan a cabo la fabricación de casillas de madera en el propio asentamiento irregular, sin la mínima planificación urbana y sin ni siquiera la utilización de materiales clásicos de construcción.

Queda mucho por andar para la construcción del Uruguay 2050. Aún ni siquiera se han dado los primeros pasos en la dirección de planificar barrios verdes y poblados autosustentables o eco-aldeas, pero el hecho de haber sacado a la ecología de la biblioteca de la Universidad para ponerla en el tapete del debate político-partidario ya es un avance importante. Se han tocado temas como el uso y propiedad de la tierra, el uso y calidad del agua, la vivienda, la producción, el consumo, etc. Vamos haciendo camino y dejando la huella verde. Enhorabuena!